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viernes, 15 de noviembre de 2013
NECESIDAD
Reforma energética, necesidad económica y
tentación política
Estoy realmente preocupado por
el futuro de la reforma energética. No sólo porque a ella le han apostado todo
en este gobierno, sino porque sin duda en ella va buena parte de la viabilidad
del desempeño económico futuro. Todos conocemos las consecuencias de la
parálisis económica, pero fallamos en el diagnóstico de las responsabilidades.
El presidencialismo que padecemos en este país hace que una sola figura
concentre una gran cantidad de poder, pero también hace que otros poderes no
paguen las facturas de su ineptitud. Si hay jueces que sueltan delincuentes o
legisladores que bloquean cambios legales para este país, ante la opinión
pública no hay más responsable que el Presidente y su gobierno, lo cual es
totalmente falso. No me preocupa tanto la figura del Mandatario,
como la
parálisis que provoca ese mal juicio de la opinión pública. Ahora que desde el
gobierno optaron por apapachar a la izquierda, con su mal llamada reforma
fiscal, deben estar listos para recibir una mordida en la mano cuando se
discuta la reforma energética. No creo que en algún momento esperaran tener
alguna consideración positiva de esos grupos en el planteamiento energético,
porque las llamadas izquierdas viven, y muy bien, de mantener vivo el dogma del
petróleo como parte de nuestra identidad. Lo que sí creo que esperaban era un
no estorbo violento de la propuesta en el Congreso. Sin embargo, quitando a dos
o tres chuchistas, los demás tienen la mesa puesta para armar escándalo con el
tema. Y del lado de los panistas, que tienen entre sus principios básicos la
apertura del sector energético, lo que ahora les pesa más es el rencor y ya
anticipan lo que tanto temía: hacer de la reforma energética un rehén para su
desquite. Y no hay vuelta de hoja: sin el PAN, el PRI no puede sacar adelante
una reforma constitucional en materia energética. Así de fácil, así de
sencillo. Las inversiones que puede implicar una reforma energética pueden
hacer una diferencia profunda en el crecimiento económico. Pueden estos recursos
marcar la diferencia entre pagar lo que ahora se pide prestado de manera sana y
rápida o arrastrar un problema de finanzas públicas enfermas el resto del
sexenio. La apuesta del gobierno es muy alta, pero la tentación para cierto
tipo de opositores también es muy importante. En este tema se juega el futuro
del sexenio de Enrique Peña Nieto. No hay duda de que así como los priístas
antepusieron sus intereses a cualquier necesidad del país durante 12 años de
gobiernos panistas, así les pueden revirar los panistas. Y con una perversa
realidad, la negativa panista a hacer lo correcto les puede valer la obtención
de simpatías electorales. Así funciona el poco entendimiento del tema de muchos
votantes. Quizá los blanquiazules puedan recordar ahora lo mucho que les hizo
falta en el gobierno de Vicente Fox la reforma energética que bloquearon en
tiempos de Zedillo. Así como los priístas se pueden dar de topes de haber
frenado tantos cambios estructurales que hoy estarían dando resultados.
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